Noche nº 2: Distorsión

Cualquier atardecer en el palmar en el mes de febrero




Vuelve esta oscuridad a mí, estas dilataciones sin sentido ni control. Llama de nuevo el ocaso a la puerta y apenas puedo verlo.
Entonces, me vendo los ojos y a tientas toco tu silueta, grande, desnuda. Te revuelves como una gata en celo y se eriza toda tu piel, te expandes y los movimientos se hacen cada vez más suaves. Estoy centrada en otra cosa, otro aroma que no es el de tus poros, que es el de las sábanas recién puestas que me lleva a mi infancia. De pronto algo me hace volver, es un dolor intenso,…, sale del corazón y está lleno de basura.
Cae la venda, te veo. Recoges los cristales desparramados por la habitación y te despides con un beso en la frente.

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