HAGAN SUS APUESTAS
Antes, jugaba a perder el caballo por matar a un peón.
Ahora, espero sigilosa junto a la reina.
Observo esos movimientos matemáticos,
pero tú,
te vuelves pequeño con mi aroma a roble caído.
No alcanzas mi juego que excluye estrategias baratas,
y respondes al equilibrio de mis pasos firmes sobre el escenario.
Caídas, subidas y bajadas, silencios,…
Que el viento de levante sacuda el tablero.
¿O acaso nunca jugaste a un juego de azar?