Antes, jugaba a perder el caballo por matar a un peón.
Ahora, espero sigilosa junto a la reina.
Observo esos movimientos matemáticos,
pero tú,
te vuelves pequeño con mi aroma a roble caído.
No alcanzas mi juego que excluye estrategias baratas,
y respondes al equilibrio de mis pasos firmes sobre el escenario.
Caídas, subidas y bajadas, silencios,…
Que el viento de levante sacuda el tablero.
¿O acaso nunca jugaste a un juego de azar?
Qué delicia, gitana, tus poemas me matan, siempre, pero es que ahora me re-matan. Estarás pasando por una etapa muy especial en tu vida, porque esto que estás pariendo es gloria bendita.
ResponderEliminarBonitas metáforas ajedrecísticas. Y me gusta mucho la foto.
ResponderEliminar